Definiciones

Pertenezco a la generación de tres ausentes que significaron mucho en España en su corta vida: Cecilia «con su ramito de violetas»; Nino Bravo que buscó «al fin su libertad». O Mari Trini, cuando cantaba «¿Quién no escribió poemas, huyendo de la soledad…?».

 

Pertenezco a la juventud de los Beatles, de los Brincos, de los Bravos y por supuesto de Joan Baez y Bob Dylan. Al mayo francés que tuvo su réplica un tanto gris en España y no por correr o no delante de los llamados “grises” sino porque la juventud todavía no había tomado conciencia de los grandes cambios que se avecinaban y ni tan siquiera había expectativas de que se produjeran.

 

Pertenezco a la generación en la que el divorcio no existía y la sociedad tampoco estaba preparada para asumir tambaleos familiares semejantes. Esa generación en la que la mujer debía tener todo refrendado por padre, marido o tutor, en la que el domicilio civil era el del marido y seguías siendo una tierna infante.

 

Mi juventud y poemas se tradujeron en canciones para acompañar a la guitarra. Por desgracia y pese a ser hija de músico, jamás las pasé a partitura porque tuve siempre serias dificultades con el aprendizaje del solfeo y sigo sintiéndome incapaz de leer un pentagrama. Eso hizo que siempre me sintiera un tanto incompleta.

 

Ahí quedaron, pués, volcadas mis canciones; recogidas en forma de emociones que con el tiempo se hicieron mucho más fuertes, cuando la vida empezó a mostrar sus vaivenes, no siempre tan gratos ni tan mudables a una canción.

 

Y aquí están en las Definiciones, en las que fui emplazando cada conmoción, duda, inseguridad, tristeza y alegrías. ¡Qué lejos veo todo aquello!

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